Es
inconcebible pensar que los restos de un familiar que sufrió una muerte
violenta no se pueda dar sepultura o incinerar debido a que la entrega de estos
a las familias no se encuentra regulada de forma minuciosa y depende de los
jueces el determinar las instrucciones de los casos. Este es el caso de Heidi
Paz que posterior a sufrir una muerte violenta en el 2018, sus restos aún permanecen
en un frigorífico de Madrid esperando su repatriación a Honduras. La sentencia de 15 años de prisión a su pareja César Román por su homicidio podría por fin a la espera de sus familiares.
Como
lo indica el Juez Antonio Vázquez Taín en el artículo de El País Madrid “A
efectos judiciales es una prueba más, pero para los allegados es su ser
querido, así que a veces es difícil encontrar el equilibrio entre procurar las
garantías de las partes y respetar las creencias y el duelo de la familia”
Algunos
jueces prefieren esperar por si aparecen nuevas pruebas forenses que pudieran aportar
más respuestas mientras las familias esperan el poder cerrar un trágico ciclo
en sus vidas.
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